Dear Brad,
¿Sabes qué te digo? Que no sé cómo se te dará a ti el castellano, porque lo mío con el inglés es un caso perdido. But, don’t worry baby porque el amor es un idioma universal y no hay torre de Babel que pueda interponerse entre nosotros. Bueno, llámalo amor, llámalo sexo, lo que tú gustes, porque ahora que Angie y tú estáis con el tema del divorcio, querrás dejar atrás cuanto antes esos 12 años de esclavitud. Sólo un consejo, sé lo que se te está pasando por la mente ahora mismo, aléjate del móvil y no tires de ex, con Thelma y Louisse ya no se van a desatar más Leyendas de pasión. Es una muy mala idea, trust me, sé de lo que hablo.
Aunque yo nunca haya sido muy de rubios, con usted haré una excepción. Y es que cómo no se va a enamorar una de ti en El club de la lucha en esa escena en la que sales con el torso desnudo y un guante de cocina. Y es que chico, a mí a estas alturas ya si un hombre me hace los baños… Como si es el hermano feo de los Calatrava, caigo rendida a sus pies.
Y es que viendo tu físico espectacular, cualquier fémina no puede estar más de acuerdo con lo que te dice George en Ocean’s eleven “Tom Jones quiere que le devuelvas la camisa”… Porque Brad, my sweetheart, tú no necesitas echarte ningún trapo encima.
Así que Brad, lo dicho, aquí te esperaré pacientemente, a que hagas La gran apuesta por este Amor a quemarropa. Si quieres puedes pasarte Siete años en el Tibet meditando, que a tu vuelta yo seguiré aquí. Eso sí, tampoco te columpies mucho, que nuestros Corazones de acero precisamente no son, y el amor puede surgir en cualquier momento y cualquier sitio, ya sea Frente al mar o en Kalifornia.
Posdata I: Quemar después de leer, no vaya a ser que a Angie le dé por darte una segunda oportunidad, no quiero ser yo La sombra del diablo responsable de que arda Troya.
Posdata II: Oye, que esto ni es obra de unos Malditos bastardos, ni Doce monos borrachos lo han escrito, ni mucho menos son las Confesiones de una mente peligrosa, en serio, soy de lo más inofensiva… Lo de que mi casa se parezca a la de Kevin Spacey en Seven tiene una explicación, ya verás cómo te ríes cuando te lo cuente… Honey, tú ponme un tuit y vemos como quedamos.
Besis,
Vir
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