Me encanta Wes Anderson. Ya no sólo porque sea un gran director, sino porque he crecido con sus películas y eso, quieras o no, marca mucho. Descubrí su manera de hacer cine coincidiendo con mis primeros pasos como adolescente con inquietudes creativas y con una sed tremenda de ver arte en todas sus disciplinas. Wes Anderson (como muchos otros, claro) estuvo en el momento y sitio adecuado, para conseguir condicionar para siempre mis gustos estéticos, en cuanto al cine se refiere. Y no debo de ser la única, ya que gran parte de mi generación, vive obsesionado con sus películas, lo que ha hecho que el su cine se convierta en todo un fenómeno cultural.
El último en homenajear al director estadounidense, ha sido el ilustrador Mark Dingo Francisco, con nada menos que una preciosa serie de postales y sellos, con diferentes lugares que aparecen en las películas de Anderson, como si estos fuesen reales. El Gran Hotel Budapest, el tren Darjeeling Limited,el Belafonte, la casa de los Tenenbaums o el camping de Moonrise Kingdom, son algunos de los lugares que aparecen en estas particulares postales, en las que además, el ilustrador ha querido caracterizar cada una con la estética correspondiente de la película a la que pertenecen. Sin duda, una romántica y preciosa idea para todos los que como este ilustrador, amamos la iconografía de Wes Anderson.