Lo que nos gusta una alfombra roja, ¡oye!

Mari, tú y yo sabemos que esta es una de las peores épocas del año. Cuando tu tarjeta de crédito aún no se ha recuperado de los excesos navideños, llegan las rebajas a los centros comerciales y las ofertas imposibles de rechazar que incluyen matrícula gratis más los primeros 6 meses de gimnasio al 50%… Vamos, que del trabajo directa a casa, hasta febrero tu cartera se ha declarado en huelga y no hay cañas ni afterworks que valgan por una temporadita.

¿Y ahora qué vamos a hacer en nuestro tiempo de asueto? ¿Ir al gym? ¿Jugar al ajedrez con el gato? ¿Amasar nuestro propio pan? Menos mal que estamos en plena temporada de alfombras rojas y con ella vienen las listas de mejor y peor vestidas (señores del cine, no saben cuánto les agradecemos que nos hayan proporcionado este entretenimiento precisamente en esta época).

Lo más parecido a una alfombra roja que nosotras (el común de las mortales) pisamos es una boda de noche. Mari, ¿cuánto tiempo le dedicas a preparar el modelito? No sé tú, pero yo desde que recibo la invitación de manos de los novios, ya empiezo a buscar inspiración, a mirar vestidos, a descartar colores, cortes, tejidos… Y cuando finalmente encuentras el vestido, buscas los complementos, pruebas peinados, maquillajes, manicura… Y total, ¿para qué? Para terminar en el álbum de bodas de tus amigos y, como mucho, en el Facebook y el Instagram de unos pocos invitados. Así que si tú te lo curras tanto para que como mucho te vean unas 200 personas, ¿en qué piensan las celebrities cuando escogen según qué modelitos? ¿No tienen estilista? ¿Tampoco amigos? ¿Se dejan aconsejar por un mono borracho? ¿Qué pensarán el día después cuando vean que acaparan las portadas de las publicaciones especializadas en moda y no precisamente por su elegancia?

Y a mí que me encanta la trastienda, el cómo se hizo, me imagino a todo un tropel de estilistas intentando lidiar con Jennifer Lopez para hacerla entrar en razón: “A ver Mari, entre la lista de las más explosivas, seguro, pero en la de las más elegantes… Si es que no te dejas aconsejar, ese escote hasta el ombligo no es sexy, es de mal gusto chica. Y no es por nada pero, aunque estés estupenda y te eches un novio 20 años más joven, querida, ya vas teniendo una edad…”. A lo que la neoyorkina seguramente respondería: “Sois una panda de ineptos. ¿Por qué no me habéis conseguido el vestido de Kate Hudson? Le han dado el premio al estilismo que deja al aire más centímetros cuadrados de piel. ¡Y ese galardón siempre es mío! ¡Yo soy la tía buena de todas las alfombras rojas EVER!”.

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