Son muchas las mujeres las que han destacado en la moda desde que se considerara como tal en el siglo XIV. De Gabrielle Chanel, una de la diseñadoras más influyentes, quien revolucionó los esquemas de la moda y cambió radicalmente la imagen de la mujer, se solidarizó con ella y llenó sus armarios con looks prácticos, que daban mayor libertad de movimiento; a iconos de estilo como Grace Kelly o Audrey Hepburn; pasando por figuras como Diana Vreeland o más actual aún, Anna Wintour.
Hoy queremos centrarnos en una mujer clave para la moda del siglo XX, Diana Vreeland o la precursora de las editoras de moda. Sentó las bases de un cargo que hoy es sinónimo de respeto por su capacidad de influencia y poder en el sector de la moda. Vreeland convirtió las revistas de moda en un espectáculo, un espacio al que acudir como guía de estilo. Su creatividad y visión para encontrar los talentos más novedosos, como es el caso de Manolo Blanhik o el ilustre fotógrafo Richard Avedon. Su apuesta por una belleza diferente, impulsando así la carrera de modelos tan influyentes como Twiiggy, o su destreza a la hora crear universos estéticos, la hacen ser una figura a la que aspirar. Suya son también las costosas producciones donde no había cabida a la mediocridad.
Nacida en París, se traslado de manera definitiva a Nueva York a la edad de 30 años. Su gusto exquisito para la ropa y una mirada elegante le valieron para conocer a Carmel Snow, directora de Harper’s Bazar. Así nace en 1936 la columna Why don’t you?, un reflejo de la mente anárquica y original de Vreeland. Se gano un puesto fundamental en la revista, le otorgó una fuerte identidad, Diana Vreeland se convirtió en el arquetipo de una editora de moda. En 1963, Vreeland pasó a dirigir la edición americana de Vogue.
Divertida y extremadamente original. Fue también comisaría de exposiciones en el Costume Institute del Metropolitan Museum de Nueva York. transformándolas en auténticas fiestas.
Recordamos a Diana Vreeland como una mujer que se abrió paso en un Universo de hombres. Una figura autoritaria, a veces déspota, pero un modelo al que aspirar. A partir de ella se creó la figura de editora de moda abriendo puertas a la mujer como figura influyente en el sector.
Os dejamos un extracto del documental ‘Diana Vreeland – The Eye Has To Travel’ (en español ‘Diana Vreeland, la mirada educada’ ).