Esos segundos eternos…

Atragantamiento

El tiempo se para, tu pulso se acelera, te falta el aire, te quieres morir… y el que está atragantado es tu hijo.

Todo el mundo te dice que este día puede llegar, que todos los niños se atragantan no una ni dos veces, te enseñan las técnicas en las clases post parto… pero nada te prepara para lo que sientes la primera vez que ves a tu hijo sin poder respirar.

Si ahora cuento que con BabyMia estamos llevando a cabo la técnica de Baby Led Weaning para introducir los alimentos, mucha gente me dirá:

– Claro, es que es muy pequeña y eso de darle comida a trozos es una bestialidad. Que se atragante es lo menos que le puede pasar. Hay que darle potitos y punto«

– ¡¡CÁLLESE!!

(La desinformación de la gente les hace hablar más de la cuenta)

Lo primero que veo necesario es aclarar la diferencia entre ahogamiento y atragantamiento.

El atragantamiento se produce cuando un trozo de comida (o un objeto extraño) obstruye la garganta, algo muy normal en el proceso de aprendizaje de los bebés con la comida. Se podría asemejar al proceso de aprendizaje de caminar, en el que al principio se caen y se dan golpes sin parar. Pues aquí las primeras veces puede que se vaya la comida un poco para atrás y el bebé tenga que regresarla tosiendo o incluso vomitando. Es una situación que el bebé puede gestionar y resolver sin ayuda.

El ahogamiento sin embargo es cuando un trozo de comida obstruye el pulmón y tiene que ser resuelto por un profesional.

Obviamente existe la posibilidad de que se atragante por comer sólidos, pero no vamos a dejar de probar el método por ello… aunque este tema ya lo desarrollaré en otro post más adelante cuando llevemos más tiempo probando y os pueda dar mi opinión completa sobre el Baby Led Weaning.

Pues bien, desde que nació, es verdad que Mia se ha atragantado varías veces con la leche materna, pero sabía gestionarlo sola, tosía y se le pasaba. Los Bebés están preparados para eso. Hay que dejarlos que aprendan a gestionarlo. Y al introducirle alimentos sólidos el miedo a que se atragante está latente. Muchas veces se atora con algún trozo que se mete en la boca demasiado grande o que se le va por otro lado (como se dice en mi tierra) y empieza a toser hasta liberarse. Yo la miro atenta por si tengo que actuar pero nunca había tenido que hacer nada… hasta esta semana, que BabyMia se ha atragantado de verdad por primera vez. Fue con un trozo de tortita de maíz. Normalmente come trozos pequeños que moviéndolos mucho en la boca los acaba poniendo blandos y se los traga. Pero esta vez algo salió mal.

La escuché toser, la miré fijamente como siempre pero cuando vi que tosió dos veces más y que no podía coger aire me empecé a poner nerviosa.

Se que lo primero que hay que hacer en estos casos es mantener la calma, pero al vivirlo en mi propia piel os aseguro que eso es algo muy difícil. Ver cómo te mira sin saber que pasa, que tose y da arcadas pero que aún así no puede coger aire y empieza a ponerse azul… se paró el tiempo, se me heló la sangre y me quedé sin respiración yo misma. Estaba sola en casa, sin coche y lejos de cualquier centro de salud o similar… Traté de recordar las clases de preparto en las que nos enseñaron cómo actuar llevando a cabo la maniobra de Heimlich para bebés, así que la cogí en brazos, la puse boca abajo con la cabeza más baja que el tronco y empecé a darle golpes en la espalda.

Luego cometí el error de incorporarla y meterle los dedos en la boca. Esto no se debe hacer NUNCA porque puedes introducir aún más el trozo. Solo se debe hacer si estás seguro de que puedes sacarlo.

La volví a poner boca abajo y le apreté debajo del esternón… estaba desesperada. Y al final respiró.

Supongo que en uno de los meneos expulsaría el trozo, aunque no puedo saberlo con seguridad ya que Amy tardó cero coma en venir a la cocina a comerse lo que había caído al suelo… ella también hace BLW. Eso o tiene complejo de aspiradora…

Mia ya respiraba y me miraba sin llorar, como si nada, aunque con los ojos vidriosos. La que había dejado de respirar hace rato era yo…

Me temblaba todo el cuerpo. No sabéis la de cosas que se me pasaron por la cabeza. Entre otras, que no sabría qué hacer con certeza si hubiera ido a peor…

Así que después del susto me he informado bien y os dejo aquí la mejor info que he encontrado consultando varios blogs, a ver si así me lo grabo a fuego por si vuelve a pasar (que pasará) y entonces esté algo más tranquila porque ya sepa qué hacer.

También os quería añadir el enlace a la «Guía práctica de primeros auxilios para padres» presentada por el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, un trabajo de los doctores Juan Casado y Raquel Jiménez que de forma sencilla aborda 21 situaciones urgentes en el paciente pediátrico.

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