Estaba yo haciendo memoria y me ha venido a la mente los momentos en que me ponía nerviosa ante una primera cita. Parece que fuera hace siglos. Ahora me sigo poniendo nerviosa, claramente, pero ya no es lo mismo.
Cuando empecé a tener citas, allá por la prehistoria, recuerdo que me ponía cardíaca, no encontraba nada que me quedase bien, revolvía el armario de todas mis amigas y estaba tan de los nervios que era incapaz de comer. Si alguna vez te has sentido así, tranquilidad, acabas madurando tarde o temprano. Con el tiempo te das cuenta de que una primera cita nunca es perfecta, y que es mejor ir preparada y reírte de ti misma la primera.
Una de las ventajas de ser una mujer independiente del siglo XXI es que no tienes que esperar a que él te proponga una cita; puedes ser directa, como servidora, y cuando el momento surja decirle “eso te lo cuento mejor con una cerveza por delante”. Si el chico es lo suficientemente avispado, la conversación seguirá con un “sitio y fecha”.
Como a mí también me aconsejaron en su momento, es mi turno ahora de aconsejaros a vosotras sobre cómo enfrentaros a vuestra primera cita.
Cómo conseguir la cita.
Os venía diciendo que hoy en día puedes ser tú, mujer, la que se lance a la piscina y le pida salir a un chico. A veces somos demasiado tremendistas, pero de verdad, no es necesario tanto drama. Si lleváis hablando un tiempo y te apetece charlar en persona, pero él no te lo propone, ¡pídeselo tú! Puedes dejarlo caer sutilmente como te he contado antes, o puedes ser mas directa y decirle “¿Qué haces mañana por la tarde?”. Total, el no ya lo tienes.
Yo soy de la opinión de que cuanto antes se quede mejor, así puedes comprobar si hay química en persona y si la física de las fotos es real. Chatear durante demasiado tiempo es contraproducente, pues puedes crearte unas expectativas tan altas que el porrazo será tremendo. Imagínate que detestas la forma en que se ríe, o su acento te pone histérica, o que huele mal, o mil excusas que puedes pensar para decidir que una persona no te gusta.
Por muy bien que os llevéis por chat, si en persona no fluye… corta por lo sano, y sobre todo, no pierdas el tiempo.
Cuándo quedar.
Mi consejo es que quedes por la tarde. Las 7 es la hora perfecta, pues así puedes decidir durante la cita si te quedas a cenar o tienes que ir a “ese plan que tenías cerrado hace tiempo”. Los domingos por la tarde suele ser una buena opción, ya que la gente no suele tener planes ese día, te da tiempo a arreglarte con calma, y si no te cuaja la cita siempre puedes decir que el lunes te toca madrugar mucho y salir corriendo de ahí.
No te recomiendo quedar después del trabajo, porque normalmente vamos todos más cansados y no estamos con nuestras capacidades al 100%.
Dónde ir.
Rotundamente NO a tu casa o la suya. Por muy buen rollo que se desprenda por el chat, seguís siendo dos completos desconocidos y no sabes qué te puedes encontrar. Mejor queda en un bar, que es un lugar neutro y están muy de moda. Incluso, si te da mucho apuro y estás insegura, pídeles a dos amigas que estén en una mesa cercana para sentirte acompañada en caso de que algo salga mal.
La idea es que podáis hablar y conoceros, por lo cual yo también descartaría los museos, cines y teatros. Eso quizás para otro momento.
Qué ponerte.
Ay, amiga. Si el chico te gusta, ya te digo yo que lo vas a tener complicado para elegir modelito. Los nervios son muy traicioneros…
Te recomiendo que escojas un outfit que ya tengas trillado, que te sientas poderosa con él, pero sin parecer que vas a la alfombra de los Oscar. La idea es ir sencilla pero desprendiendo ese noséqué. ¿Te cuento un secreto? Ese noséqué se llama actitud. Es lo mejor que te puedes poner antes de salir de casa. Ganas de comerte el mundo.
Qué pedir de beber/comer.
Consejo estrella: ojo cuidado con el alcohol. Si eres de las mías y las cervezas te las tomas como agua, los nervios de una primera cita suelen provocar que bebamos más de la cuenta, y no quedaría muy bien ir piripi en la primera impresión. Además, puede que se te suelte la lengua y luego te arrepientas de haber dado cierta información antes de tiempo.
En cuanto a comer, te sugiero ir de tapas. Son rápidas, sencillas, con mucha variedad donde elegir. Evita los espaguetis y las hamburguesas, déjalo para cuando haya más confianza. Come bocaditos pequeños para evitar que esté esperando a que contestes mientras masticas el trozo enorme de carne que te acabas de meter en la boca. Si es que somos unas ansias…
De qué hablar.
Esto ya es a juicio de cada cual. Yo no llevo ningún guion y voy dejando que la conversación fluya. Pero, ante todo, escucha y habla a partes iguales. Es muy incómodo tener que estar haciendo preguntas todo el rato para que la conversación no muera, pero también frustra mucho no poder abrir la boca porque solo es “yo, yo, yo” por la otra parte.
Evita temas de exparejas u otras citas Tinder, pues no es lo más cómodo para compartir en la primera cita. Intenta encontrar algo en común y compartir anécdotas para que la tarde sea más divertida.
Hora de irse.
De ti dependerá cómo y cuándo quieras acabar la cita, aquí decide cada uno si quiere que haya besos, intimidad, sexo, o un “ya nos veremos”. Somos mayorcitos para poder decidir, pero si ves que estás acorralada y no sabes cómo salir de ahí, mi consejo es que sencillamente, sin excusas o explicaciones, digas que se te ha hecho tarde y tienes que irte ya.
Volver a hablar.
Si la cita ha ido bien, estoy segura de que estás deseando volver a hablarle para quedar de nuevo. Este consejo creo que es el más importante: espera a que te lo proponga él. A veces nos olvidamos de que los hombres son muy sencillos, y que si quiere volver a verte, te lo dirá.
Si verdaderamente quieres escribirle tú, hazlo. Ojalá te salga bien, pero cuando yo he “perseguido” a un hombre, al cabo del tiempo me he dado cuenta de que él quedaba conmigo porque no tenía nada mejor que hacer. Es así de triste, y es mi experiencia (no digo que no haya gente a la que sí le haya funcionado). Como te decía, si te quiere escribir, lo hará.
Siempre vuestra,
Tinderella.
