Hace unos días me llegó por uno de los quinientos mil grupos de WhatsApp que tengo, un nuevo viral, y claro, como saben que me dedico a la moda, pues sabían que me haría gracia. El meme era de nuevo sobre la firma Balenciaga, y era éste:
Aunque debo reconocer que me hizo bastante gracia, en cierto modo me siento insultado, además de una manera bi-direccional. Me explico: por una parte, me siento insultado porque ridiculicen el trabajo de una persona o de un equipo de diseño que está al frente de una firma con tanta historia y relevancia internacional como Balenciaga -que para los que lean esto y no lo sepan, Cristóbal Balenciaga era español, y es considerado uno de los grandes creadores de la alta costura, contemporáneo de Coco Chanel y Christian Dior, el modisto de alta costura español más importante de la historia.- Me resultó insultante pasar por alto todo esto y simplemente reírte del trabajo de un joven diseñador, como es Demna Gvasalia, responsable de la dirección creativa de la firma desde 2015, donde entró sustituyendo al ya polémico Alexander Wang. Me j*de, pero lo entiendo. Entiendo que para los ojos de una persona ajena a la moda esto se vea como una absoluta ridiculez. Y ahí es donde entra la ofensa en el otro sentido: me siento estafado, no lo termino de entender, no me gusta. ¿Cómo podemos cargarnos una firma con tanta trayectoria de un solo golpe? -aunque no es el primer patinazo de la firma:
Me encanta internet y todo lo que supone, me divierten mucho los chistes sobre moda, pero no puedo evitar sentirme confuso y desconcertado, porque repito, por una parte me siento mal por todo el equipo creativo que se ven sumergidos en la viralidad más ácida, y por otra lado, me siento parte de esa propia viralidad porque yo mismo me río.
No es la única firma que se ha visto envuelta en polémica viral:
Entiendo que en la moda hay que reinventarse, pero ¿nos estamos pasando de la raya? ¿Buscamos esa viralidad sea como sea, para darnos a conocer? ¿O estamos ante una nueva era fashionista donde todo vale? Hemos visto como las firmas ‘sustituyen’ a un diseñador con talento para dar paso a uno más joven y supuestamente más creativo para ‘dar un golpe de aire fresco a la firma’ y llegar a esos futuros compradores de moda que son los que consumen las redes sociales desde bien temprano en la mañana, antes incluso que el café.
Pero ahora bien, ¿esto supone algo positivo o simplemente lo que buscan esas grandes firmas de moda -algunas con olor a naftalina- es renovar su imagen y adaptarse a los nuevos tiempos, aunque eso suponga saltarse por completo la esencia de la propia marca? Cuando Raf Simons presentó su primera colección de Alta Costura para Dior, algunos se horrorizaron por lo minimalista -sobretodo si comparamos que veníamos de un John Galliano superlativo y teatral-.
Pero, ¿no se trata de eso? Coco Chanel reinventó el vestuario femenino con los pantalones; precisamente Balenciaga junto con Pierre Balmain y Christian Dior, allá por los 50, replantearon la silueta femenina dándole dramatismo y corte en A: llegó el ‘new look’ y la alta costura. La moda debe adaptarse a los tiempos, a nosotros, que vivimos en un mundo digital donde la inmediatez premia. Pero ¿dónde está el límite? ¿Debemos sublevarnos a la nueva era y eliminar de un sólo golpe años de historia, simplemente por ser trending topic?
Con este post no pretendo ni cambiar la postura de nadie, ni tampoco posicionarme -no porque no quiera, si no porque no sabría dónde posicionarme-. Quizás sólo compartir con vosotros esta reflexión: la moda se hace viral, pero ¿a qué precio?
Como punto final, quiero compartir con vosotros una divertida gráfica que explica el origen del meme, quizás con esto entendamos porqué la moda a veces hace lo que hace:
