Tercera cita – Manuel

¡Hola de nuevo! 

Me he dado cuenta de que casi nunca saludo, y eso es de muy mala educación… sobre todo cuando vienes aquí ¡para leer mi vida en verso! 

Hoy vengo a contarte mi tercera cita Tinder. Si llevas conmigo un tiempo, o si has querido cotillear un poco y leer las entradas antiguas, verás que de momento he tenido una MA-RA-VI-LLO-SA cita con Lucas, una cita normal que no fue a más con Juanma, y mis historias fuera del mundo online. 

La cuestión es que le había prometido a mi amiga Victoria que pondría todo de mi parte por tener más citas. Si estaba empeñada en hacer un estudio de mercado, debía hacerlo bien y en condiciones. Por tanto, bajo su firme empeño y mis pocas esperanzas, quedé con Manuel. 

Manuel es arquitecto, de Madrid (de toda la vida), un par de años mayor que yo, y con las típicas fotos donde sale bien pero no estás del todo segura de que te vaya a gustar al natural. Ya me entendéis. 

Entablamos la típica conversación y en un par de días ya me había propuesto tomarnos una cerveza. ¿Sabéis la sensación de ir con cero ganas a una cita? Pues si os sentís así, id, ¡¡ puede salir genial!!

Obviamente yo no tengo tan buena suerte. La cita con Manuel empezó mal, al parecer todo el mundo quería tomarse algo ese martes después del curro y los bares estaban hasta arriba. Acabamos encontrando una mesa en una cafetería y da gracias… 

Nos pedimos nuestras cervezas y aunque yo no estaba muy motivada con la cita, es verdad que el muchacho parecía majo y no se merecía nada malo por mi parte. Mira que intenté que la cosa fluyera, pero es que no había manera… Manuel resultó ser el tipo de chico que por chat es muy charlatán, y luego en persona te habla del tiempo. ¿Por qué, Señor, por qué?

Habrá gente que le gusten los chicos más introvertidos, pero no es mi caso: necesito que sean ellos quienes tomen las riendas, que sean extrovertidos, que hagan bromas, que se rían… 

Después de poco más de una hora manteniendo la buena educación, las formas, e intentando saber cosas de él, vi que aquello no me iba a llevar a ninguna parte… Cuando nos personas no conectan, por mucho que te esfuerces no van a conectar a la fuerza. 

Nos fuimos cada mochuelo a su olivo, y un par de días después me escribió para volver a quedar (que lo había pasado muy bien, decía… ¿habíamos estado en la misma cita? ¿o acaso el resto de féminas que quedan por Tinder son brujas con verrugas en la nariz?). Lamentablemente le tuve que rechazar, pues una pierde el tiempo en una cita, no en más. Y quizás hubiéramos sido amigos, pero no estoy interesada en hacer nuevas amistades, sorry. 

Después de esa nueva decepción cada vez me quedan menos ganas de seguir en el mundo Tinder a decir verdad. Todo parece lo mismo una y otra vez… ¿Qué será lo siguiente?

Siempre vuestra, 

Tinderella

Suscríbete!
Entérate de todas nuestras noticias