Desde que empecé este curioso estudio de mercado sobre “el amor en tiempos de Tinder” ya han pasado varias semanas, durante las cuales me he dedicado a investigar, recopilar información, contrastar hipótesis… y sobre todo a reírme mucho. Que estoy mal de la cabeza ya lo sabéis, pero madre mía, ¡me reconforta encontrar a gente que está peor que yo! Ni os imagináis las barbaridades que he tenido el honor de ver por las distintas aplicaciones.
Mi primera reflexión es que la vida es muy puta, y el algoritmo de Tinder también. A ver, que ya sé que no soy ninguna top model ni me parezco a Elsa Pataky, pero algún chico “mono” (entiéndase “mono” según mis gustos) podría darme un Super Like. Pero no. Los Super Likes que recibo son solo de chicos que no me interesan lo más mínimo… Suelen encontrarse en las categorías de “WTF” o “Not my style”, pero ¿tiene que ser así siempre? Por favor, un poquito de karma… ¡que últimamente me estoy portando bien!
Por otro lado, he descubierto que soy MUY selectiva. Sí, qué le vamos a hacer, nadie es perfecto. Al final, la dinámica es basarse en el perfil que te aparece en la pantalla del móvil y decidir si te gusta o no. Aquí te dejo un recopilatorio básico sobre cómo debería ser un perfil medio decente, porque hay verdaderas atrocidades en el mundo virtual:
Cómo no fastidiarla con tu perfil en Tinder (y sucedáneos)
Fotos: seamos sinceros, lo primero que vemos son las fotos. Que luego podrás entretenerte y leer la descripción, sí, pero lo primerísimo es la puñetera foto. Por tanto:
- Ten varias fotos. Tener menos de 3 fotos no transmite mucha confianza que digamos, pero tampoco hace falta que hagas una presentación power point de tu vida. Con unas 5 o 7 fotos recientes será suficiente.
- Repito, recientes. Estoy convencida de que eras el mocoso más mono del mundo y me hago una idea de cómo serán nuestros hijos, pero ahora lo que me interesa es verte a ti, actualmente, en el mundo contemporáneo. ¿Me explico?
- Tú. Quien me interesa eres TÚ. Está genial eso de tener muchos amigos y haceros fotos en grupo, pero no quiero jugar a adivinar quién es quién. Tampoco quiero ver lo adorable que es tu mascota, porque te arriesgas a que me guste más el perro que tú.
- Ojos y sonrisa. Lo primero, porque los ojos son el espejo del alma, y necesito comprobar que no tienes mirada de loco, por lo que evita las gafas de sol. Lo segundo, ¡porque todos somos mucho más atractivos con una bonita sonrisa pintada en la cara!”
- NUNCA, JAMÁS, EVER. No subas fotos hechas al espejo, por lo que más quieras. Era divertido cuando teníamos 15 años, e incluso entonces era un poco patético. No pongas morritos y tampoco satures tu perfil a base de selfies.
- Ropa. Tus abdominales son geniales, podría lavar lencería fina en ellos. Pero si quedo contigo a lo mejor te llevo de compras, que se ve que tienes poca ropa en tu armario.
Biografía: si las fotos son importantes porque son el primer filtro, la biografía lo es aún más. Si tu descripción no encaja, ya puedes ser Brad Pitt que no habrá match.
- Lo importante es que seas natural. Huye de frases manidas y de hacer “control-copiar-control-pegar” con el artículo las 10 mejores descripciones para tu perfil de Tinder que has encontrado en San Google.
- Originalidad, ante todo. Las banderitas están muy manidas, así como poner lo alto que eres (porque curiosamente, los que miden menos de 1.80m no lo anotan). Sí, todos somos muy amigos de nuestros amigos, y a todos nos gusta ver series, salir de cañas y leer.
Aquí te dejo un consejo gratis, querido lector: sé natural y original, da algún detalle curioso, una pregunta al aire, o un párrafo expresándote, no importa, pero sé tú mismo.
Contenido adicional: si añades tu perfil de Instagram, dónde trabajas o la universidad donde estudiaste, a mí y a mi equipo del FBI (aka mis mejores amigas) nos facilitas mucho la tarea de asegurarnos de que eres una persona real. En nombre del equipo de investigación, ¡gracias!
Siempre vuestra,
Tinderella.
