A #BabyMia le encanta el agua. Disfruta mucho tanto en el baño diario como en la piscina. Es medio sirenita, como su mamá.
Por eso cuando descubrimos el centro BabySpa Madrid pensamos que sería una experiencia que disfrutaría mucho. Tras conocer a parte del equipo, nos invitaron a probar un día sus instalaciones. A mediados de junio llamamos por teléfono y nos presentamos allí con Mia el día que nos citaron.
El centro, situado en la calle Almagro 30, está diseñado cumpliendo unas máximas de higiene y seguridad para asegurar que la experiencia sea plena. El ambiente es muy agradable y tranquilo, acompañado de un relajante hilo musical.
Al llegar a nuestra cita nos invitaron a pasar primero a la sala de espera para cumplimentar un formulario sobre el estado de salud de nuestro bebé. Es importante para ellos conocer estos detalles ya que se trata de un centro de hidroterapia y fisioterapia, entre otras actividades, impartidas por fisioterapeutas cualificados que realizan tratamientos personalizados según las alteraciones que pueda padecer el bebé. En nuestro caso, sólo íbamos a disfrutar de una sesión de flotación y masaje relajante.
Está enfocado para bebés desde 2 días de vida hasta 6 meses. Los menores de 2 meses o que aún no han recibido las primeras vacunas, tienen unas piscinas individuales más pequeñas. Pero nosotros preferimos esperar a que pasaran las vacunas para verla disfrutar en las piscinas grandes, en la que en ocasiones incluso puede compartir la actividad con otros peques. El agua de estos tanques se esteriliza con rayos ultravioleta que destruyen todas las bacterias, virus y hongos.
Un detalle importante a tener en cuenta antes de la cita es que el bebé vaya descansado y con la última toma reciente. Eso hace que estén más relajados y disfruten más la experiencia. Disponen de una sala de lactancia con todo lo necesario por si quieres darle el pecho o el bibi una vez que has llegado. En nuestro caso, Mia no había dormido esa mañana todo lo que necesitaba, y quizá por eso no disfrutó plenamente. Eso y que es una niña muy calurosa y el ambiente del centro es cálido y húmedo (obviamente).
Una vez que rellenamos el formulario, pasamos (descalzos, para mantener la higiene del espacio) a la sala donde están las piscinas grandes. Nos dijeron que no era necesario que lleváramos nada, ya que allí te dan los pañales para el agua, el bañador y toallas. Tras desnudarla y ponerle el bañador, las chicas la pesaron para elegir el BUBBY® ideal para ella. ¿Que qué es un BUBBY®? Pues un dispositivo de flotación que se cierra en el cuello del bebé y que, aunque a primera vista da sensación de agobio o que puede molestarle, no es para nada así. Está patentado en la Unión Europea para garantizar el máximo confort y apoyo del bebé.
Y ahí que estaba Mia, como un «pescaito» flotando sola en medio de un tanque de agua. Parecía que le gustaba. Movía las piernas, giraba y se dejaba ir. Estaba graciosísima.
Al acabar, le dieron un masaje relajante con aceites de semilla de uva acompañado de unos ejercicios de fortalecimiento para desarrollar su flexibilidad.
Pero que no os engañe el nombre del centro. No se trata solo de relajar al bebé. La flotación es una técnica innovadora de desarrollo que ofrece tanto beneficios físicos (en el sistema digestivo y circulatorio, fortalecimiento muscular, estimulación de la capacidad pulmonar…) como emocionales ya que es un momento de relajación y disfrute con sus padres, de observación, caricias e interacción calmada. Tienen una serie de servicios de fisioterapia infantil y terapias de estimulación temprana impartidos por un equipo de fisioterapeutas altamente cualificado en tratamientos de patologías infantiles, tanto ortopédicas o de origen mecánico (tortícolis congénita, pie zambo, plagiocefalia, cólicos del lactante…) como neurológicas (Parálisis Cererbal, SD. Down…). Incluso tienen sesiones de pilates para padres con bebés. ¡Habrá que probar!
La experiencia en general fue buena a pesar de que Mia no disfrutó plenamente de la sesión. Suponemos que por el cansancio o por el calor, pero bueno, sin duda lo recomendamos porque son muchos los beneficios del agua y a los padres se nos cae la baba viendo a nuestro retoño flotando en el agua. Aunque solo sea por eso, ya vale la pena 🙂