Preparando el hatillo del hospital

Cuando me tocó preparar la maleta del hospital leí demasiadas listas de recomendaciones y esenciales que hay que meter. Tanto que acabé llenando bultos como si del equipaje de una viaje de fin de semana se tratase. Si hoy tuviera que volver a hacerla habría muchísimas cosas que no metería. Así que os cuento lo que al final me hizo falta de verdad y lo que no metí y debería haber llevado.

La maleta del hospital es algo que hay que preparar con tiempo, al menos 3 semanas antes de la fecha prevista de parto, y dejarla ahí por lo que pueda pasar. Por lo que antes de llegar a la semana 37, cuando esté el embarazo a término, deja lista la maleta en alguna zona fácil de encontrar o incluso en el maletero del coche por si tienes que pedirle a alguien que vaya a buscarla.

Esenciales en la maleta del hospital:

  • Camisón cómodo (y bonito)
  • Bata/rebeca
  • Babuchas/chanclas/zapatillas fáciles de poner
  • Bragas cutres negras del Primark
  • Empapadores
  • Sujetador y discos de lactancia
  • Gomillas para el pelo
  • Fitball
  •  Neceser con cepillo de dientes, desodorante, bastoncillos…
  • Cacao o vaselina
  • Maquillaje y un look para salir del hospital
  • Móviles y cargadores
  • Bebida isotónica y snacks
  • Dinero en efectivo
  • Papeleos varios: Documentación del seguimiento del embarazo, DNI mío y del papá, Libro de Familia, Tarjeta Sanitaria
  • Para la bebé: Un par de conjuntos completos y gorro para estar en el hospital y un look para el día de vuelta a casa.
  • Sillita del coche (Grupo 0+)

Uno de los primeros must que eché en falta fue algo que contuviese las mareas que surgen al «romper aguas«. Tanto si lo haces en casa como en el camino, mi consejo es que tengas en casa empapadores (protectores impermeables, que venden en Mercadona por ejemplo, y valen muy poco), Lo ideal es tenerlo colocado en la cama a partir de la semana 37-38, por si le da por empezar la fiesta de madrugada. Se puede poner debajo de la sábana bajera y ocupando más o menos la zona donde se puede liar un poco parda. No es plan de destrozar un colchón de matrimonio por inundarlo de líquido amniótico que te aseguro no huele muy bien que digamos. De hecho, el olor es bastante similar al del semen. ¡Así que imagínate!. Lo mismo ocurre con el coche, si es que dependéis de éste para llegar al hospital. Lo suyo es que vayáis poniendo empapadores allí donde vayáis reposando vuestro trasero, por lo que pueda pasar.
Al llegar al hospital, como iba en vaqueros cuando rompí aguas, me tocó quitármelos y meterlos en una bolsa de plástico que me dieron, porque los puse pingando.  También me dieron un camisón de los que cierran detrás o lateralmente, por lo que agradecí primero estar depilada, que en febrero es típico eso de dejárselos largos para estar más abrigadas… Agradecí también haber llevado unas babuchas y calcetines gordos para poder moverme por el hospital. El look era de infarto, pero aunque no lo creas, acabas perdiendo el pudor y te da igual ir para arriba y para abajo como si estuvieras en tu casa. Si hubiera sido verano, con unas zapatillas fácil de poner tipo sandalias o chanclas hubiera estado bien. No te recomiendo nada que tenga cordones o cierres que dificulte el ponértelas sola.

El camisón que te dan en el hospital seguramente no esté inspirado en el último modelo que ha desfilado en pasarela, por lo que te recomiendo que te hagas con un camisón bonito para cuando te toque recibir visitas en la habitación. Importante que sea cómodo, de manga corta (para cuando te toman la tensión arterial) y fácil de abrir para dar el pecho (si es tu decisión) y sin pantalones, ahora te explico porqué. No olvides que eres una paciente y tendrán que pasar a revisarte médicos varias veces al día. También es recomendable llevar una bata o una rebeca por si al estar solo en camisón tienes frío.

Había leído que era fundamental llevar bragas desechables pero yo preferí comprarme un pack de bragas de talle alto negras cutres del Primark. Tras el parto no paraba de manchar y en el hospital me daban compresas tocológicas que a pesar de ser gruesas como un edredón nórdico, al ser puro algodón en poco tiempo acababa traspasando toda la ropa. Por eso no es recomendable estar en pantalones. Lo más cómodo es estar sin nada, pero si hay que ponerse algo, una bragas cómodas de algodón que no aprieten y te permitan ponerte compresas. Lo de que fueran negras era porque al mancharse, se notaba menos. Y lo de cutres, por tirarlas cuando dejase de usarlas.

Por supuesto no puedes olvidar tu neceser con lo básico: cepillo y pasta de dientes, gel de ducha, cremas, desodorante, bastoncillos,… ¡Y cacao! Durante la dilatación se secan mucho los labios y agradecerás tenerlo a mano. Así como un poco de maquillaje para no verte muy mala cara y sentirte guapa tras el parto, que en esos momentos lo necesitas. Es verdad que no es recomendable que te maquilles mucho ni te eches perfumes fuertes, ya que todo esto es muy nocivo para el bebé recién nacido. Pero su poquita de pestañas y colorete no hay problema.

Agradecí mucho llevar una botella de Aquarius para hidratarme durante la dilatación. No deja de ser un esfuerzo físico muy fuerte, como si de una sesión de crossfit muy intensa se tratase, por lo que cualquier bebida isotónica además de hidratarte, que es fundamental, es muy beneficiosa por las calorías e hidratos de carbono que te aporta. Yo además eché en la maleta snacks de cereales y envases de fruta triturada que me vinieron muy bien. Durante la dilatación no hay problema, pero una vez que te pones de parto (cuando estás de unos 3 cm) no se debe comer nada de sólidos ya que si algo se complica o hay que hacer una cesárea de urgencia, es peligroso tener el estómago lleno. Pero algo ligero como lo que yo llevaba o frutos secos por ejemplo, si se puede. Y en un momento dado si olvidas cenar como nos pasó a nosotros, te viene bien llevar algo.

También es importante llevar bastante dinero en efectivo para las máquinas de refrescos y comida que hay en el hospital porque tanto tú como tu bebé estareis totalmente atendidos todo el rato, pero el acompañante, en mi caso el papá… ¡pobre papá! Se lleva la peor parte. Tanto con el sitio para descansar, (que con suerte tiene un sillón) como en la comida, que ve como te traen a ti bandejas con primero, segundo plato y postre y a él no le dan ni un triste zumo.

Agradecí también haber llevado el iPad, ya que al tener wifi en la habitación pude ver algunos capítulos de mis series del momento y hacer más llevaderas las horas de dilatación. También puede valer llevarte juegos o libros. Todo dependerá de tus gustos y de lo que aguantes el dolor o lo duro que sea, pero ratos muertos hay y muchos. Normalmente hay televisión en la habitación, por lo que tampoco es algo fundamental.

Y hablando de tecnología, no puedes olvidarte el móvil (aunque eso es difícil en personas como yo, que se trata de una extensión de mi mano) y muy importante ¡el cargador! Son muchas las horas que tendrás que aguantar en el hospital, muchas más de las que la batería de tu teléfono puede soportar, eso te lo aseguro.

Durante el trabajo de dilatación existen muchas posturas y técnicas diferentes para aguantar el dolor. Eso depende de cada una. Yo por ejemplo utilicé mucho la fitball. Hay hospitales que disponen de pelotas de estas pero yo por si acaso estaban todas ocupadas, me llevé la mía propia. La llevamos desinflada, por lo que tuvimos que llevarnos también un pequeño inflador para llenarla en la habitación.

También eché en la maleta, por si acaso, un par de sujetadores de lactancia. Es importante que si te dejas el sujetador debajo de la bata, sea fácil de quitar ya que en el momento del parto, cuando llega el momento de estar piel con piel con el bebé, debes quitártelo. También en la categoría de los «porsiaca» eché discos de lactancia, aunque me sobraron la mitad porque no me subió la leche hasta que no salí del hospital, ya que suele tardar unas 48 horas. Con echar un par o cuatro, es suficiente.

¡Papeles! Cuando me quedé embarazada, me aconsejaron hacerme con una carpeta para ir guardando todos los papeles que fuera acumulando del seguimiento del embarazo, resultados de pruebas, consentimiento informado para la anestesia epidural, ecografías… Es importante no olvidarte esta carpeta cuando vayas al hospital. También puedes incluir tu plan de parto y consentimiento de donación de sangre del cordón umbilical, en caso de que lo tengáis. Pero además debes llevar DNI de ambos, tarjeta sanitaria y el libro de familia, (si lo tienes). En el mismo hospital me realizaron el pre-registro de la niña en el Registro Civil. Es un paso que te ahorras (o se ahorra el acompañante, que es al que le suele tocar) de hacer en los primeros días de vida del bebé. Ya os explicaré en otro post todo el tema de papeles que hay que hacer una vez que nace nuestro hijo, que tiene mandanga tela…

Para el día de vuelta a casa me llevé unos vaqueros. ¡ERROR! Es mejor llevar unas mallas, pantalones holgados o incluso algo tipo vestido o camisón. Lo último que quieres en ese momento es algo apretado y pegado ahí… Pero ¡ojo! puede que lo que estabas usando en las últimas semanas de embarazo ahora te quede grande. Prueba llevar ropa que usabas al final de primer trimestre. Y por supuesto no cuentes con la ropa de ingreso porque puede pasarte como a mi.
Para la bebé llevé un look para salir del hospital y un par de bodies y pantalones para los días de hospitalización. Además de gorritos y una manta. El resto de cosas te las proporciona el hospital si vas por la Seguridad Social. Si vas por lo privado, debes llevar paquetes de pañales, toallitas, cremas, utensilios para el baño, toalla.. ¡Vamos, de todo!

Y por último y aunque parezca obvio, yo a priori no caí, es necesario tener instalada una sillita grupo 0+ para el coche, en caso de que des a luz en un hospital alejado de tu casa. Y aunque esté cerca, puede que cuando te den el alta aún camines con dificultad y dolor, agradeciendo enormemente que te lleven en coche. Si vas a coger un taxi, procura pedirlo por teléfono y especificar que necesitas uno con silla para bebé recién nacido, ya que no todos (más bien casi ninguno) lo tiene.

Es útil saber previamente aquello de lo que vas a disponer en el hospital en el que vas a dar a luz porque son cosas que te ahorras. Y también tener en cuenta que la cosa cambia mucho si pares en la Seguridad Social a si lo haces por lo privado. Si tu caso es el segundo, debes llevarte todo lo que vayas a necesitar para ti y todo lo que necesitará el bebé en sus primeros días (ropa, pañales, toallitas,…). En mi caso, que di a luz en un hospital público, me dieron de todo: empapadores, compresas, pañales, esponjas jabonosas, toallas, gel de baño, camisón,…

¡Y poco más! Seguro que algo me dejo y seguro que algo sobra, pero básicamente es lo que yo metería en mi próxima maleta del hospital. ¿Cuándo será? Pues aún no lo sé pero os aseguro que ganas no me faltan…

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